Irulegi
Era un dia de niebla en la comarca, los tres aventureros se dispusieron a pasar otra jornada mas.
La primera jornada montañera de un nuevo año de la segunda era.
Paso tras paso nos fuimos adentrando en la espesa niebla hasta llegar al lugar de Aranguren, desde alli tomamos un camino ke conducia a un bosque de pinos los cuales hacia poko habian padecido la tala humana.
Tras seguir unos pasos los tres habitantes de la comarca encontraron la señal que les conducía hacia los altos de tangorri.
Pronto pudieron ver, una vez llegados a los altos, como la niebla se despejaba y las vistas llegaban hasta los confines mas lejanos del pirineo. Sin embargo una luz tenue, unas nubes grisacias hacian presagiar la llegada de las hordas enemigas.
Arrancaron sus ruidosas maquinas de dos ruedas, se enfundaron su casco de guerra y siguieron su marcha sin darse cuenta del tesoro que delante de ellos la naturaleza dejaba ver.
Nuestros amigos de la comarca prosiguieron su caminar y se dieron cuenta del gran numero de atalayas de madera que en el lugar habia en la busqueda y captura de alguna ave que de temporada en temporada pasa en su peregrinar.
Pronto llegaron al bosque de "kadrior", donde los antiguos decian que se encontraban seres extraños, animales que el hombre no debia conocer, que eran dueños del señor oscuro, pronto lo pudimos observar pues vimos restos y trampas recientes de sus mas devotos servidores.
Despues de seguir un rato entre rocas y arboles oscuros donde la luz penetraba tenebrosamente y escuchando a lo lejos algun que otro ruido que los cazadores de las hordas enemigas realizaban, pudimos encontrar el paso que nos llevaba hacia la vieja fortaleza humana del viejo Reyno.
Una fortaleza que fue destruida cuando el señor de los castillos, fiel servidor de los señores oscuros, invadio aquel viejo reyno hacia ya unos 500 años, acabando con la naturaleza y tradiciones de sus gentes.
Cuando llegaron a sus restos supieron que habian llegado a un lugar seguro, desde sus alturas las hordas enemigas y los servidores oscuros no se atreverían a llegar, pues la luz y las grandes vistas que alli se encontraban eran dignos de admirar por toda persona de buen corazon que sirva a Amalur (madre tierra en euskera).
Tras realizar las pertinentes instantaneas del momento los tres amigos se dispusieron a tomar un merecido almuerzo con pan elfico y chorizo de la comarca, acompañado de un buen trago de agua del manantial de arteta recogido en las fuentes que cada casa de la comarca tiene de dicho manantial.
Una vez repuestas las fuerzas los tres compañeros tomaron el camino viejo que daba llegada al viejo castillo de irulegi y pudieron observar como algun antepasado habia dejado grabado sobre unas tablas como debio ser dicha fortaleza y su historia.
Pronto tomaron la bajada hasta llegar al pequeño pueblo de Laquidain, de ahi por unos campos llegaron hasta Aranguren donde fueron recibidos en la fonda NIKO, una pequeña morada con muchas historias alegres de compañeros, de fiestas y alegrías.
El objetivo de los tres amigos de la comarca se habia cumplido, pasar una buena mañana entre amigos y disfrutando del paisaje sin que las hordas enemigas pudieran hacer nada por evitarlo.
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